Uff han pasado tantas cosas por supuesto. Haré lo posible por escribir más seguido. La semana pasada fue muy compleja y estuvo cargada de emociones de todo tipo. El día martes fuimos a un evento en la plaza principal de Estocolmo, que se llama Sergelstorg, a modo de dar buenas vibras a nuestro país por el terremoto del que ya todos sabemos.
Me dio gusto ver al Cristian lleno de energías renovadas al verse involucrado en el inicio de lo que sería una ayuda más activa en todo esto; el estar tan lejos y lleno de ansias de ponerse manos a la obra en la reconstrucción de nuestro Chilito, sin duda lo ha tenido más que irritable. Fue una semana difícil emocionalmente, y eso ahora puedo decir que nos ha fortalecido. El dolor va haciendo cuero de chancho, y cada cosa penosa y dura que se vive, sirve para ir forjando nuestro carácter.
A pesar de todas las tristezas y preocupaciones, me he sentido con las pilas más puestas, así que la semana pasada retomé las idas al gimnasio. Fui a una clase de kick boxing, a la que me amigo Álvaro me convenció de ir, y en la que me golpearon sin empacho, así que después lo odié con toda mi alma! jajaja (no se preocupen, que los golpes se reciben en un cojín, tipo mini colchoneta). Ayer experimenté con una clase llamada “Gympa”, en la cual la profe esta la medio de una sala muy grande y toda la gente en círculo a su alrededor haciendo distintos movimientos. Como todo es en sueco, sólo sigo la coreografía, lo que no es muy difícil ya que es bastante robótico, por no decir enfermo de fomeeee! Pucha los suecos tiesos, la profe es linda y sonriente, pero cero originalidad, cero sabor! Un movimiento de pechito le puso a un par de pasos, y se quedaron todos pasmados. Y ni hablar de la descoordinación en el ritmo de la gente presente, ufff. Y a pesar de que miré a huevo la clase, porque la encontré muy light, hoy igual estoy media molida, así que le daré otra oportunidad al Gympa.
Ese día fuimos donde Álvaro e hicimos fika, ya que nos hacía falta ventearnos un poquito. Al día siguiente fuimos a almorzar a su casa, con otro amigo peruano; llevamos pollo y choclo, y ellos hicieron platos tradicionales, incluyendo un rico pisco sour, mmm.
El curso nuevo.
Esta semana ha sido de estudio intenso, ya que la semana pasada fue casi perdida en términos académicos, así que debo ponerme al día. El nuevo curso se llama “Theoretical Health Economics”, y es bastante más interesante que el anterior. Claro que influye el hecho de que estoy más enchufada que cuando llegué, y que los profes hablan inglés decentemente esta vez (aunque al final igual me acostumbré al acento del profe de la India). Tengo prueba el Lunes, así que de cabeza estudiando esta semana. La biblioteca de Karolinska es linda y cómoda, así que si no tengo clases, igual me voy para allá. Además, como soy una niña humilde y los libros salen muy caros, pido los libros prestados; se pueden pedir por el día, o por una semana si se hace con anticipación. Me hice adicta a una sala que se llama “Quiet room”, que tiene unas alfombras tipo telares peludos en la pared, y que es super silenciosa, onda si haces ruido con la mochila o te vibra el celular te miran feo jajjjaa. Soy una ñoña. Sipi.
El curso de sueco.
Lo que no me pierdo por nada es la clase de sueco, ya le voy agarrando el gusto a esto de la pronunciación y creo que puedo leer bastante bien, pero escucharlo es otra cosa! Cada uno habla como se le antoja por estos lados. Pasó algo buena onda en la clase que me pareció muy gracioso y había olvidado comentar: la profe explicó que cuando algo les es muy extraño, los suecos se refieren a ello como que “está en griego”. Luego nos preguntó a nosotros qué decíamos en nuestros respectivos países, y creo que todos dijimos que cuando algo es muy difícil, decimos que “está en chino”. Y resulta que hay un compañero chinito, y la profe le pregunta qué decían ellos! Y su respuesta fue “es de Marte” jajajjaja, o sea ya no queda nada más en el planeta que sea peor que el chino! Jajaja, me encantó.
Y el curso ya va llegando a su fin, snif. Me da mucha penita porque siento que en las últimas clases realmente ya no estaba como si me hablaran en chino!, y estaba sacándole más el jugo al proceso de aprendizaje. La profe es re buena onda, y me gustaría seguir, pero los cursos son caros. Tendré que aprender en compañía de los nativos, no me queda otra. El día lunes nos juntaremos por última vez y habrá una especie de convivencia.
miércoles, 10 de marzo de 2010
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