Fines de semana cuturales.

Para que no crean que me la pasa carreteando, debo decir que no es así. Carreteo of course, jajaja pero además hago cositas culturales en mis tiempos libres, como las que les contaré a continuación.
El fin de semana antepasado asistí a una feria medieval en Kungsträdgården, que es un lugar cercano al palacio real donde se realizan diferentes eventos artísticos, en el invierno se patina en hielo, etc. Esto fue por una invitación de la organización de Global Friends, así que fuimos en un lote de gente.

La verdad es que la cosa estuvo entrete un rato, había tiro al arco, ropas y joyas tradicionales (se supone), degustación de un pan duro sin harina (?) usado en los tiempos de antaño, etc. Lo más rico fueron unos salames de lo más buenos, y unas pieles de ovejas crespas que eran de lo más suavecitas y lindis para poner en la cama o en la pared.

Después de una hora aprox para recorrer todo, se puso medio fomeque, y en eso alguien comenta que en 15 minutos es el cambio de la guardia del palacio real. Así que partimos en patota pa allá, porque quedaba cerquita para ir caminando. Debo en este punto detenerme para comentar que el sol estaba hermoso y tibio, el cielo celeste, así que últimamente da gusto hacer cosas outdoors en esta ciudad: la gente hace fika en los parques, saca un chal y listo, también a la hora de almuerzo en la semana todos salen a tomar el solcito (obvio, porque ya estamos todos más pálidos que papel). El que se queda flojeando en la cama hasta tarde, es gil. Ahora eso sí, el tema de la luz es todo un problema que me trajo muchos desvelos y despertadas ultratemprano (el sol está saliendo a las 5 de la mañana y se esconde a eso de las 8 o 9, pero cada día va cambiando más de modo vertiginoso). Afortunadamente mi amiga Heidi me dejó sus cortinas cuando se fue de Pax, así que ahora filtro el sol matinal, lo que es una delicia.

Pero bueno, me fui del tema. Nos fuimos a ver el cambio de guardia de palacio, lo que no tenía ni un brillo, pero es algo que puedo chequear dentro de mi lista de “cosas por hacer en Estocolmo”.



Había una banda que tocaba temas marciales, y había harta gente tomando fotos. Después de eso, un grupo más pequeñito nos fuimos a ver el “Treasury”, o sea, los tesoros de la corona, y eso sí que estuvo gueno. Quedaba dentro del mismo palacio real, y luego de pagar la entrada (como 3500 piticlines), te daban un adminículo tipo ipod-touch con audífonos donde te iban haciendo tour autoguiado en inglés, ya que el tour “humano” era sólo en sueco. Pero estuvo buenísimo! Era una especie de bunker subterráneo, muy oscuro, con diversas vitrinas selladas y con luz dirigida hacia las coronas, espadas, tronos, etc. Todo en metales como oro y plata, y decorado con piedras preciosas, como diamantes, rubíes, zafiros, etc. Ahí sí que nos quedamos boquiabiertos, mirándonos a través de las vitrinas con los mansos ojos, sin hablar porque estábamos escuchando con nuestros audífonos la explicación de cada objeto frente a nosotros. Wow, tanta riqueza, que onda estos países con tanto lujo y tanta joya… estamos en el siglo 21, y me parece como de cuentos esta cosa. A todo esto no sé si lo mencioné, pero en el verano se casa la princesa mayor, que es la heredera a la corona (acá hombres y mujeres son iguales, así que el heredero no tiene que ser hombre), así que es evento nacional: están reparando calles, hay fotos de la pareja en todos lados, y es el comentario obligado de las copuchas de los fika jajajjaj. La princesa se llama Victoria, y se casa con su ex personal trainer, un plebeyooooo.

El fin de semana pasado me fui al palacio de Drottningholm, que queda en las afueras de la ciudad, y es como la casita de veraneo de la realeza. http://es.wikipedia.org/wiki/Palacio_de_Drottningholm. Era interesante verlo, porque forma parte de los patrimonios de la humanidad de la Unesco. Metro y bus, y llegamos, en un grupo de 6 personas.

Es bastante lindo y bien conservado, y está rodeado por bellos jardines, que me imagino deben ser un lindo lugar de paseo en el verano, onda venirse en bicicleta y tirar el chal en el pasto.

Estaba prohibido tomar fotos al interior, pero como buena chilena pilla, tomé fotos igual, jejejje. (En el “treasury” no tomé fotos porque era pequeño, y había un guardia guatón vivgilándonos todo el rato, y no es para menos con los millones en joyas que había ahí. Además por motivos de seguridad me imagino… me imaginaba esa película con Omar Sharrif y la Catherine Zeta Johns, que son ladrones profesionales, como se llama? En fin, después caminata por los alrededores, muy lindo el paseo.

Y este fin de semana, me refiero a ayer específicamente, era un día con diversos eventos culturales en la ciudad, en que estaría todo abierto hasta la medianoche. Primero fui a la fiesta de los cerezos en flor, celebración japonesita en Kungsträdgården, donde habían unas mujeres vestidas de kimono haciendo cánticos de lo más tiernas, diversos stands con sushi, origami, etc.

Lo malo es que como este invierno ha sido tan frío y largo, los árboles de cerezo que rodean la pileta central aún ni florecen, sino que sólo tiene algunos brotecitos. Pero estuvo lindo. Después de un helado dulce de leche y berries en Gallerian, una visita al Museo Nacional, también visita obligada en Estocolmo, donde se encuentra una exhibición de Rubens & Van Dyck, con pinturas de lo más eroticonas, que era como la tónica de la época: mucha inspiración en la mitología griega, dioses del Olimpo y querubines, harta pechuga y mujeres algo rellenitas.

Y luego de eso la idea era ir al Stadshuset, que es el ayuntamiento, ya que su torre principal, con las tres coronas, estaría abierto de manera especial para el público. Llegando allí, había una cola gigante que no se movía ni un milímetro, así que se abortó esa misión y sólo tomé fotitos por fuera. Será para otra vez.


YYY, no había escrito antes pero hace como dos meses también fui al Tekniska museet, y al Vasa Museet, así que como pueden ver he realizado diversas cosillas culturales por la ciudad. Para que no se diga que ando puro maraq… perdón, carreteando. También soy una señorita enviada a “laS EuropaS”, que se está culturizando. He dicho.