Hoy está lloviendo, así que es un día ideal para comenzar con los preparativos de mi partida. Empecé a ordenar mi pieza, qué cantidad de cachureos he ido juntando!!! empecé a sacar ropa de invierno, chalecos, bufandas, mi chaqueta blanca antinieve, los bototos, las botas (primero limpiar todo porque aún estaban con algunos vestigios invernales), camisetas de manga larga, etc. todo a una de mis dos maletas. Y me empezó A DAR PENITAAAAA! no me quiero ir =(
Tengo un cerro de papeles, diarios, material de clase, folletos, revistas, así que estoy juntando todo eso para reciclar. También estoy "desvistiendo" mis paredes porque tenía cosas pegadas para hacerlas más entretenida: mapas, fotos recortadas de revistas con flores para alegrarme cuando hacía frío, folletos de lugares entretes donde fui, etc.
Es más pega de lo que tenía en mente, no es llegar y echar cosas a la maleta, pero he tenido una mañana de lo más provechosa. Así me relajo porque ya tengo pega avanzada. El día de mi partida debo hacer un aseo general, lavar el piso de la pieza y el baño, dejar todo como lo recibí. Me mandaron un mail con el inventario, que incluye hasta los marcos de las ventanas y los vidrios! Y debo dejar mi llave en un sobre adentro de mi buzón, a más tardar a las 9 am del día de mi partida. Luego de eso, hacen una revisión de la habitación, y dependiendo de ellos te dan el reembolso que di al inicio, que son 1000 coronas suecas, unas 70 luquitas que serán bienvenidas.
Estas semanas han estado bellísimas, estoy en un estado constante de alegría, llena de endorfinas. Es increíble lo bella que es esta ciudad, todos andan en las calles, tomando sol, leyendo un libro en un muelle, tomándose un helado, paseando a su perritos, pololeando, haciendo picnic en los parques, andando en bicicleta…. Es bacán! La semana pasada fui a una de las islas que alberga museos, como el Vasa, el Nordic, etc, y también el parque de diversiones más antiguo de Suecia, que se llama Gröna Lund, que es de lo más monono con su carrusel totalmente old school, algo que nunca había visto y que me encantó, lo encontré maravilloso.
También fui a un parque nacional llamado Tyresta, con senderos para hacer trekking y un bello lago en el medio. Y está muy cerca de la ciudad sólo hay que tomar el transporte público para llegar. Creo que eso es una de las cosas que más me cautivan de acá: la ciudad está inserta en un pulmón verde, que estaba cubierto por la nieve pero que ahora emerge con toda su intensidad.
Y ahora cha cha cha cháaaan, el mega viaje que se viene!!!! Por ahora sólo mencionaré los países y ciudades por recorrer, porque el orden aún está por definir:
España: Toledo, Madrid y Barcelona.
Francia: París.
Italia: Roma, Pisa, Florencia y Venecia.
Bélgica: Bruselas y Brujas.
Holanda: Amsterdam y Rotterdam.
Es un plan ambicioso, pero será el viaje de mi vida! Los primeros 3 países que mencioné, viajaré acompañada de mi amigo Álvaro, de Perú, ya que tiempo atrás nos topamos en el gym y nos dimos cuenta que viajamos a los mismos lugares en las mismas fechas, lo que nos cayó como anillo al dedo!. La parte de Bélgica y Holanda, la haré solita, porque él ya viajó por esos lados, así que ahí nos separamos y él se va a otra parte de Europa. QUÉ EMOCIÓOOOON! Ya estar acá en Suecia es alucinante, y reconozco que me da un poco de penita irme justo en junio, el mejor mes del año acá, con el día más largo (Midsommar el 23 de junio) y la fiesta nacional (el 6 de junio), pero no me puedo quejar. Soy increíblemente afortunada por todo lo que estoy viviendo.
martes, 25 de mayo de 2010
domingo, 16 de mayo de 2010
Ciudad bella.
Los hielos se han marchado, la nieve es historia, los árboles están brotando y todo se está tiñendo de colores: esta ciudad se está tornando realmente maravillosa. El clima lamentablemente no es de los mejores, ya que está bastante cambiante, hay muchos días nublados y también ha estado lloviendo, pero la temperatura está bastante agradable y se puede dar paseos por la ciudad sin tener que andar con guantes y bufandas como antaño.
Entonces, cuando hay un día de sol, todo el mundo sale a las calles, a trotar, a andar en bicicleta, a tomar un helado, a pasear a los perritos fifí, o simplemente a darse baños de sol en las plazas: ayer me quedé plop, porque la noche del viernes estuvo lloviendo y al día siguiente salió el sol con toda su furia, lo que llevó a un display de torsos desnudos y bronceados en los hombres y hasta mujeres con bikinis! Y no estoy hablando de la playa, sino plazas en el centro de la ciudad. Bueno, me habían contado que eso sucede en buenos aires, que tiene como su onda europea.
Sólo me van quedando 3 semanas de clases, que será el curso final del semestre. El curso pasado fue sin pruebas, pero con muchas tareas y trabajos grupales que me dejaron chata: eran 5 distintas tareas, con 5 distintos grupos de gente, coordinando tiempos y lugares, uuufff. Pero esta semana estuvo light, lo que me dio tiempo de hacer paseos por la ciudad, y que como comentaba debido al clima primaveral es un verdadero placer.
Entonces mayo será la ocasión ideal para “redescubrir” Estocolmo. He caminado por calles y lugares que ahora, al estar desenterrados de metros de nieve, muestran cosas que nunca antes vi! Una banquita, una pileta, una pequeña estatua, un jardín de flores… lo que sea, todo se ve distinto. En la plaza de Kunstradgarden, cada año celebran el florecimiento de los árboles de cerezo en una festividad japonesa tradicional. Este año, fui a la festividad en cuestión (pueden verlo en una antigua entrada del blog “fines de semana culturales”), pero como este invierno ha sido uno de lo más crudos en las últimas décadas, la primavera ha llegado de manera más tardía, y en esa ocasión sólo había unos pequeños brotecitos. Ahora ya están floridos en todo su esplendor, y toda la gente va a tomarse fotos, tomar y sol alrededor de la pileta y servirse helados. Es un bello espectáculo.
Toda la ciudad está plagada de tulipanes, algunos son plantados en la plazas, por la muni o algo así, pero hay muchos que crecen de manera silvestre, y que están en cualquier parque o a la orilla del camino (de esos ya me adueñé de un pequeño ramillete que adorna mi habitación).
El bosque que colinda con mi casa está lleno de una fauna variada, que incluye un erizo africano silvestre, un pájaro carpintero, conejitos, un bello nido con huevitos verdes, y más cerca del agua una pareja de cisnes e innumerables patitos. Estar afuera, es una delicia.
Entonces, cuando hay un día de sol, todo el mundo sale a las calles, a trotar, a andar en bicicleta, a tomar un helado, a pasear a los perritos fifí, o simplemente a darse baños de sol en las plazas: ayer me quedé plop, porque la noche del viernes estuvo lloviendo y al día siguiente salió el sol con toda su furia, lo que llevó a un display de torsos desnudos y bronceados en los hombres y hasta mujeres con bikinis! Y no estoy hablando de la playa, sino plazas en el centro de la ciudad. Bueno, me habían contado que eso sucede en buenos aires, que tiene como su onda europea.
Sólo me van quedando 3 semanas de clases, que será el curso final del semestre. El curso pasado fue sin pruebas, pero con muchas tareas y trabajos grupales que me dejaron chata: eran 5 distintas tareas, con 5 distintos grupos de gente, coordinando tiempos y lugares, uuufff. Pero esta semana estuvo light, lo que me dio tiempo de hacer paseos por la ciudad, y que como comentaba debido al clima primaveral es un verdadero placer.
Entonces mayo será la ocasión ideal para “redescubrir” Estocolmo. He caminado por calles y lugares que ahora, al estar desenterrados de metros de nieve, muestran cosas que nunca antes vi! Una banquita, una pileta, una pequeña estatua, un jardín de flores… lo que sea, todo se ve distinto. En la plaza de Kunstradgarden, cada año celebran el florecimiento de los árboles de cerezo en una festividad japonesa tradicional. Este año, fui a la festividad en cuestión (pueden verlo en una antigua entrada del blog “fines de semana culturales”), pero como este invierno ha sido uno de lo más crudos en las últimas décadas, la primavera ha llegado de manera más tardía, y en esa ocasión sólo había unos pequeños brotecitos. Ahora ya están floridos en todo su esplendor, y toda la gente va a tomarse fotos, tomar y sol alrededor de la pileta y servirse helados. Es un bello espectáculo.
Toda la ciudad está plagada de tulipanes, algunos son plantados en la plazas, por la muni o algo así, pero hay muchos que crecen de manera silvestre, y que están en cualquier parque o a la orilla del camino (de esos ya me adueñé de un pequeño ramillete que adorna mi habitación).
El bosque que colinda con mi casa está lleno de una fauna variada, que incluye un erizo africano silvestre, un pájaro carpintero, conejitos, un bello nido con huevitos verdes, y más cerca del agua una pareja de cisnes e innumerables patitos. Estar afuera, es una delicia.
lunes, 3 de mayo de 2010
Formas de ahorro.
Como las coronas suecas no abundan, y la vida del estudiante es restringida, en este capítulo daré a conocer diversas formas de ahorro que he tenido que ir conociendo y desarrollando, ya que hay que hacer uno que otro malabar para en junio poder hacer el “EUROTRIP” a destajo! Jejjee.
Malabar número 1: Los supermercados.
Cerca de la estación de metro donde usualmente combino para llegar a casa desde cualquier lado, hay 3 supermercados. Por lo general la gente no va a uno solo y compra todo ahí, sino que se cotiza, se puede ir a uno, ver que está de ofertas, y después te pasas al supermercado de al lado. Es una lata, pero aunque no lo crean la mayoría de la gente lo hace, y nadie va con un listado de cosas para comprar, sino que compra lo que necesita como cosas básicas y además ojea los ofertones: de repente son las albóndigas, de repente un queso, unas latas de conserva, etc. Por ejemplo, la fruta: es tan cara, que uno no va pensando: “mmm, tengo ganas de comer peras”. Nop. Si están baratas las manzanas, a comer manzanas no más!
Acá en la esquina del metro hay un negocio chiquito atendido por sus dueños, que son de Pakistán, y vende frutas y verduras a un precio razonable. A veces está un poquito más barato que el super, y la fruta es de buena calidad. También tienen galletas ricas y está abierto hasta las 10 de la noche, así que es super salvador. Al lado de este negocio hay un mini super pero es carísimo! La primera semana todos compran ahí, pero ahora ya nadie lo hace, nica!
En todos los negocios, por lo general hay que comprar las bolsas de plástico. Esto es una forma de ser amistosos con el medio ambiente, ya que al cobrar se estimula a que la gente lleve sus propias bolsas, lo que me parece muy bien. Acá se usa mucho la bolista de género, todos andan con una bolsa enrollada en la cartera, o si no simplemente se echan las cosas al bolso/cartera/mochila. Yo llevo mi mochila nerd de Karolinska y me voy cargadita con mi leche de litro y medio, mi yogurth y kiwis para el desayuno.
También existe otro negocio por ahí que tiene ofertones de productos de limpieza, es como el “Pre Unic”, donde se compra el detergente, el suavizante, pasta de dientes, etc. Pero igual es medio raro, porque entre medio venden tallarines y tarros de atún, etc. Muy rara combinación.
Malabar número 2: El transporte.
Bueno, como ya les había comentado al inicio, me compré una tarjeta semestral que me permite andar en metro, micro y trenes urbanos. Esta tarjetita es muy valiosa, y le saco el jugo, ya que el transporte público se utiliza bastante, y es de calidad. Sólo un par de veces he andado en taxi, en pleno invierno con nieve, y aunque sea compartido salió una millonada cada vez!!! No recuerdo cuanto, pero cuando hice la conversión, me caí de poto. La tarjeta en cuestión me costó la módica suma de 1650 coronas, lo que equivale a 120 mil pesos. Qué tal? Se imaginan tener cargada la tarjeta BIP con esa cantidad? Por eso la cuido como hueso de santo! Eso, dividido en 5 meses, que creo es lo que dura, son como 25 lucas mensuales, lo que es bastante conveniente para poder usar el servicio todo lo que se quiera. Si se compran pasajes individuales, cada uno sale como luca! Uf.
(si quieren saber donde vivo, es en la línea azul del metro, justo antes de que se bifurque, es la estación "Westwood" en este mapa, pero en sueco es Vastra Skogen. Pinchar para ver grande).
Para viajar fuera de la ciudad, hay unos pasajes llamados “sista minuten” o de último minuto, y hay mucha gente que hace eso 24 horas antes de un viaje. Lo malo es que no se puede planificar así, así que hay una alternativa de trenes llamado “Veolia”, que fue en el que viajé cuando fui al sur de Suecia y Copenhaguen. Lo bueno es que tiene tarifa plana, no como los otros que suben cuando se va acercando la fecha del viaje, una lata! Los precios van cambiando, y el que no se aviva, pierde.
Malabar número 3: Una peguita de ocasión.
Me salió una minipega! Estuve haciendo clases a un chico de Pakistán, que es de una generación pasada y está con ramos atrasados. Un cacho de persona, pero las coronitas fueron bien recibidas, por un total de 11 horas de trabajo estudiantil.
Malabar número 4: Los descuentos culturales.
Cuando llegué a Karolinska, tuve que pagar una cuota de incorporación para el centro de alumnos o algo así que costaba como 450 coronas (algo así como 30 lucas), lo que me pareció un abuso! Pero al menos eso me dio la oportunidad de no sólo comprarme la tarjeta del metro, sino que además me da descuentos en diversas cosas, como el gimnasio, la compra de libros y los museos, lo que he aprovechado bastante (ver nota “fines de semana culturales”).
Y bueno, también tengo formas un poco más indecorosas de ahorrar moneditas, que no mencionaré, pero que forman parte de la picardía de chilena jajjaja. Algún día se las contaré. =)
Malabar número 1: Los supermercados.
Cerca de la estación de metro donde usualmente combino para llegar a casa desde cualquier lado, hay 3 supermercados. Por lo general la gente no va a uno solo y compra todo ahí, sino que se cotiza, se puede ir a uno, ver que está de ofertas, y después te pasas al supermercado de al lado. Es una lata, pero aunque no lo crean la mayoría de la gente lo hace, y nadie va con un listado de cosas para comprar, sino que compra lo que necesita como cosas básicas y además ojea los ofertones: de repente son las albóndigas, de repente un queso, unas latas de conserva, etc. Por ejemplo, la fruta: es tan cara, que uno no va pensando: “mmm, tengo ganas de comer peras”. Nop. Si están baratas las manzanas, a comer manzanas no más!
Acá en la esquina del metro hay un negocio chiquito atendido por sus dueños, que son de Pakistán, y vende frutas y verduras a un precio razonable. A veces está un poquito más barato que el super, y la fruta es de buena calidad. También tienen galletas ricas y está abierto hasta las 10 de la noche, así que es super salvador. Al lado de este negocio hay un mini super pero es carísimo! La primera semana todos compran ahí, pero ahora ya nadie lo hace, nica!
En todos los negocios, por lo general hay que comprar las bolsas de plástico. Esto es una forma de ser amistosos con el medio ambiente, ya que al cobrar se estimula a que la gente lleve sus propias bolsas, lo que me parece muy bien. Acá se usa mucho la bolista de género, todos andan con una bolsa enrollada en la cartera, o si no simplemente se echan las cosas al bolso/cartera/mochila. Yo llevo mi mochila nerd de Karolinska y me voy cargadita con mi leche de litro y medio, mi yogurth y kiwis para el desayuno.
También existe otro negocio por ahí que tiene ofertones de productos de limpieza, es como el “Pre Unic”, donde se compra el detergente, el suavizante, pasta de dientes, etc. Pero igual es medio raro, porque entre medio venden tallarines y tarros de atún, etc. Muy rara combinación.
Malabar número 2: El transporte.
Bueno, como ya les había comentado al inicio, me compré una tarjeta semestral que me permite andar en metro, micro y trenes urbanos. Esta tarjetita es muy valiosa, y le saco el jugo, ya que el transporte público se utiliza bastante, y es de calidad. Sólo un par de veces he andado en taxi, en pleno invierno con nieve, y aunque sea compartido salió una millonada cada vez!!! No recuerdo cuanto, pero cuando hice la conversión, me caí de poto. La tarjeta en cuestión me costó la módica suma de 1650 coronas, lo que equivale a 120 mil pesos. Qué tal? Se imaginan tener cargada la tarjeta BIP con esa cantidad? Por eso la cuido como hueso de santo! Eso, dividido en 5 meses, que creo es lo que dura, son como 25 lucas mensuales, lo que es bastante conveniente para poder usar el servicio todo lo que se quiera. Si se compran pasajes individuales, cada uno sale como luca! Uf.
(si quieren saber donde vivo, es en la línea azul del metro, justo antes de que se bifurque, es la estación "Westwood" en este mapa, pero en sueco es Vastra Skogen. Pinchar para ver grande).
Para viajar fuera de la ciudad, hay unos pasajes llamados “sista minuten” o de último minuto, y hay mucha gente que hace eso 24 horas antes de un viaje. Lo malo es que no se puede planificar así, así que hay una alternativa de trenes llamado “Veolia”, que fue en el que viajé cuando fui al sur de Suecia y Copenhaguen. Lo bueno es que tiene tarifa plana, no como los otros que suben cuando se va acercando la fecha del viaje, una lata! Los precios van cambiando, y el que no se aviva, pierde.
Malabar número 3: Una peguita de ocasión.
Me salió una minipega! Estuve haciendo clases a un chico de Pakistán, que es de una generación pasada y está con ramos atrasados. Un cacho de persona, pero las coronitas fueron bien recibidas, por un total de 11 horas de trabajo estudiantil.
Malabar número 4: Los descuentos culturales.
Cuando llegué a Karolinska, tuve que pagar una cuota de incorporación para el centro de alumnos o algo así que costaba como 450 coronas (algo así como 30 lucas), lo que me pareció un abuso! Pero al menos eso me dio la oportunidad de no sólo comprarme la tarjeta del metro, sino que además me da descuentos en diversas cosas, como el gimnasio, la compra de libros y los museos, lo que he aprovechado bastante (ver nota “fines de semana culturales”).
Y bueno, también tengo formas un poco más indecorosas de ahorrar moneditas, que no mencionaré, pero que forman parte de la picardía de chilena jajjaja. Algún día se las contaré. =)
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